06 julio 2025
- Un buen y gran amigo me escribía hoy un mensaje que se le notaba venía envuelto en lágrimas: El Domingo es el peor día de la semana, Enrique, los amigos os vais todos con la familia y yo... yo no tengo con quien desde que enviudé y mis hijos se fueron a Irlanda a ejercitar su vida profesional como excelentes médicos que son.
- Sentí vértigo. Al igual que me sucede cuando estoy en la sala de espera de Neurología o de Neumología en el Hospital y veo a esos valientes que llegan allí con máscaras, sillas de ruedas y/o con muletas de todos los colores, me siento tan estúpido como lo fui el primer día que empecé a quejarme de mis males.
- Y mientras el Domingo se convierte, para algunos, en sinónimo de ausencia, de silencio expandido y de ecos de un amor que ya no está, me doy cuenta de que el verdadero vértigo no es la enfermedad ni la soledad, sino el descubrimiento repentino de cuán ciegos podemos estar al dolor ajeno, lo que nos recuerda (como un susurro urgente), que cada gesto de compañía, cada palabra ofrecida sin prisa, puede ser la mano que le devuelva a alguien el equilibrio en su propio abismo.
Tan conmovedor como bien escrito, amigo... Sí, los domingos aquí también son así. En mi época juvenil teníamos un término para definir la infinita tristeza que nos causaban los atadeceres de domingo la pálida (tristeza), la pálida del domingo, porque al otro día o bien la escuela o tener que volver a trabajar a un trabajo que no era precisamente a lo que queríamos dedicarnos nos causaba esa infinita tristeza...
ResponderEliminarAbrazo agradecido una vez más, Enrique!!
Gracias, amigo Perrotti, por esas siempre amables palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Los domingos son como la Navidad, una época de echar de menos la compañía de los que amamos. Por suerte hoy día existe la telefonía y las videollamadas para verles aunque estén lejos. Los míos trabajan en Estados Unidos, ahí a la vuelta de la esquina. Y la verdad es que me considero afortunada de poder hablar con frecuencia cara a cara con mis nietas; o mejor dicho pantalla a pantalla. Entiendo que a tu amigo también le pesa mucho no tener a su pareja y eso si que puede provocar la mayor de las tristezas. Feliz tarde de domingo
ResponderEliminarDices bien, Neuriwoman, como la Navidad y aunque reconozco que las nuevas tecnologías bien usadas son una excelente herramienta de comunicación entre las familias que viven en la distancia, yo mismo tengo mis nietos viviendo a 110 km de nosotros y todos los días nos comunicamos.
EliminarLo peor, sin duda, lo que tu bien resaltas, si te falta el otro naipe que sostiene tu vida erguida, esta parece acabarse.
Un abrazo.
Hola Enrique, entiendo el sentir de tu amigo, y me identifico con tu reflexión. Es importante estar presente, una mano cálida, un oído atento, una palabra oportuna pueden ayudar mucho.
ResponderEliminarYo he tenido la fortuna de contar con el apoyo y soporte de mis hijos y de algunas buenas amistades que acompañaron mis palabras y mis silencios.
Un abrazo y buen inicio de semana
Enhorabuena, Cecilia, no todos pueden deducir lo mismo que tú, la familia lo es todo para mantenerse en el camino.
EliminarUn fuerte abrazo.
Tengo una amiga que ve todo negro en su vida, cuando nos encontramos nos reímos un rato con anécdotas o cosas que ocurren en el momento, mi familia me dice que me aleje porque es negativa, al contrario, me acerco para contagiarle lo mío, un abrazo Enrique!
ResponderEliminarEsa es una actitud muy loable, María Cristina, enhorabuena por ser así.
EliminarUn abrazo de lunes.
Son normales ambas situaciones. La soledad y la necesidad de compañía... Y es en esta última donde son necesarias tus sugerencias.
ResponderEliminarCompañía, palabras y equilibrio.
Es cierto que no me veo en esa situación. Contexto, carácter, familia, etc., no lo auguran. Pero sí me he planteado algunas veces que qué hacen, o pueden "ofrecer" estas personas para aliviar su situación.
Soy consciente que el tema es delicado, pero no definitivo...
Abrazos Enrique.
Tus reflexiones siempre son motivo de atención querido amigo Ernesto. El penúltimo párrafo, para escribir un libro.
EliminarFuerte abrazo, amigo.
Que palabras tan fuertes amigo, pero es parte de la vida. Saludos
ResponderEliminarSí, así es, FB, así es. Situaciones que vienen solas.
EliminarUn abrazo de lunes
Como comprendo a tu amigo. Un gesto de compañía, una simple sonrisa o una palabra, es muy cierto que devuelve el equilibrio. Visito a personas a través de Cruz Roja y vuelvo a casa con una gran satisfacción. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya, me enorgullece ser compañero bloguero de ti. Laura, tengo un gran respeto para aquellas buenas personas que hacen lo que tú en Cruz Roja. Tienes el cielo ganado.
EliminarUn fuerte abrazo.