25/06/25

Ser normal, ese extraño privilegio

 


25 junio 2025

- Hace unos días una buena amiga me contaba sus males y hablo de salud, claro, y se mostraba muy contrariada con todos sus amigos y especialmente con sus amigas. Su problema radicaba en que nadie como yo era capaz de escucharla (eso que se dice de los buenos médicos), y cuando yo le repliqué que lo hacía porque ella me interesaba como amiga y por tanto lo hacía por ella. Ella me contestó es que tú no es que seas una muy buena persona, Enrique, es que tú eres un ser normal.

- Me pregunté: ¿Qué es un ser normal?

- Quizá ser “un ser normal” no sea más que actuar con empatía genuina, con atención desinteresada, sin adornos ni heroicidades. Tal vez, en un mundo acelerado y ruidoso, lo extraordinario radica en lo sencillo: escuchar sin juzgar, estar sin exigir, cuidar sin esperar retorno. Y si eso es lo que mi amiga llama ser normal, entonces ojalá la normalidad sea contagiosa. Porque en ese espejo discreto y sereno nos reconocemos, nos entendemos y, con un poco de suerte, también nos sanamos.



6 comentarios:

  1. Hace pocos años, mi nieta tendría diez, me hizo una encuesta de personalidad, cuando llegamos a tener empatía, yo me apunté, y ella me dijo, no abuela, no podés tener empatía con otros, vos tenés que priorizarte. Afortunadamente ahora a los quince ya cambió su mirada, un abrazo Enrique!

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    1. La edad y la experiencia nos cambia a todos, María Cristina.
      Tu nieta, todo un ejemplo.
      Abrazo de miércoles.

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  2. Enrique, es bastante usual emplear el término "normal" para identificar algo que nosotros consideramos como tal. Pero fíjate que, hasta la anécdota que cuentas, puede considerarse como una rareza anormal en los tiempos que corren: ¡alguien que escucha a otro desinteresadamente intentando ayudar!
    En todo caso yo me acerco más a ese creer tuyo de actuar con genuina empatía y amor al prójimo, cuando este es receptivo sin más o lo necesita.
    Gracias por hacernos pensar. Aunque con estos calores insoportables, poco queda dentro...
    Inmenso abrazo, querido amigo.

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    1. Gracias, Teo. Pienso como tú, claro. No me canso de repetirle a mis nietos y a quien me quiera escuchar, que la amabilidad y la empatía es la llave de muchas puertas en el mundo familiar, social y profesional.
      Un fuerte abrazo.

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  3. Hola Enrique, pues hoy voy a tener que discrepar de lo que dice tu amiga. Solo las personas como tú, con especial sensibilidad y empatía son capaces de escuchar y confortar a sus semejantes. Si fuese la normalidad no nos llamaría tanto la atención y si, ojalá fuera una condición contagiosa, pero en estos momentos me da a mí que no es así. Un abrazo

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    1. Ay, Neuriwoman, me voy a abstener sobre la realidad de la situación. Toda mi vida he colaborado con gente haciendo equipo y desde los 20 años con gente a mi cargo. Con eso te digo todo.
      Un fuerte abrazo.

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