El amor en la yema de los dedos
26 junio 2025
- No sé si alguna vez nos paramos a pensar sobre cuáles son esas sensaciones que nos dan un gran placer y que no son, precisamente esos que llamamos juegos de cama.
- Hoy quiero magnificar la importancia de una de ellas, que no es desconocida y que al menos a mí, cuando lo hacemos con el más puro de los sentimientos, me desborda esos vasos de felicidad que llenan nuestra alma.
- Hablo de la feliz interpretación que supone el sencillo gesto de cogerse de la mano y que yo quiero atribuírselo a una de las más puras manifestaciones del amor compartido.
- Porque al final, ir cogidos de la mano no es solo caminar juntos: es prometer, sin palabras, que cada paso será compartido, que en los silencios también habrá compañía, y que el amor auténtico no necesita grandilocuencias para hacerse sentir. En la calidez de esa unión, dos almas se reconocen, se reafirman y se sostienen. No hay acto más simple ni más sublime que entrelazar los dedos con quien nos hace sentir en casa incluso en medio del mundo.
Hola Enrique, que bonito es el amor. Ese que se pierde en el tiempo entremezclado con nuestra memoria mientras entrelazamos nuestros dedos. El de toda una vida juntos y en el que en cada nuevo día te apetece aun más cogerte de la mano. Un abrazo
ResponderEliminarAsí es, Neuriwoman. El placer de amar y sentirse amado no es algo que sea fácil de explicar, es algo que solo los que así se sienten sepan identificarlo cuando lo viven. No hay explicación, sóño sentimiento.
EliminarFeliz viernes.
Al leer el articulo me vino a la mente aquella canción de Víctor Manuel en que los protagonistas son dos personas cordobesas con cierta deficiencias.
ResponderEliminarSaludos.
Tienes una muy feliz y activa memoria, Tomás. Enhorabuena.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es un bello gesto que dice al mundo que somos mas que dos. Te mando un beso.
ResponderEliminarSí, así lo veo yo también Judit.
EliminarUn abrazo de viernes, escritora
La intimidad, la confianza, la complicidad, la mutua protección, todo eso está implícito en ese cálido estrecharse las manos. Manos que en ese detalle se complementan.
ResponderEliminarAbrazo!
Así es soñadora. Desde que Ella y yo nos conocimos en el 66, siempre que salimos a la calle vamos cogidos de la mano. Me preocupa ver a muchas parejas, jóvenes, mayores y muy mayores, que van juntos pero sin cogerse de las manos si no, además, a varios pasos uno de otro.
EliminarAbrazo de viernes
Amigo Enrique.
ResponderEliminarLa naturalidad de tus palabras, el sentido de su expresión, el reflejo de vosotros mismos, es, ya lo he dicho en otras ocasiones, guía para muchos.
Guía de cambio, para quien lo necesite... ¡Para tantos!
Un fuerte y gran abrazo.
Gracias, querido Ernesto, no me extenderé, solo repetiré: Gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
Con mi marido nos tomábamos naturalmente de las manos cuando salíamos a la calle, un abrazo Enrique!
ResponderEliminarSentimiento, eso será siempre así, María Cristina.
EliminarUn abrazo.
Que palabras tan bellas, amigo... Y tan certeras...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
No me extenderé mucho, amigo Ildefonso: Gracias.
EliminarUn fuerte abrazo, maestro de la fotografía.
No se que fue, pero ayer no vi esta entrada Enrique. Tal vez la publicaste más tarde de lo que lo haces habitualmente, o tal vez mi despiste...
ResponderEliminarNo todos los días comento, pero sí te leo. ¡Y esta que está super me la perdí!
Creo lo mismo amigo. ¡Qué potente es "ir de la mano por la vida"!
Me encantó tu texto. (Bueno, siempre me gustan en todo caso, pero este en particular)
Abrazo va con nieve que, seguramente con las temperaturas de tu país, se derretirá en el camino.
Ay, querida amiga Lu. Eres genial. Gracias, gracias, gracias.
EliminarFeliz sábado y, sí, llego ese abrazo con nieve, se agradece.