29/09/25

Cada edad tiene su mundo, y cada mundo su ilusión

 

El norte de los deseos: vivir con propósito a cualquier edad


29 septiembre 2025

- Muchas son las veces en las que uno u otro y en cualquier medio, dice que aquél o aquella persona ya es vieja o ya tiene cierta edad para prohibirle que haga esto o aquello.

- ¿Existen formas y/o medios de evaluar cuando una persona es vieja o inútil para ocuparse de determinados cometidos? ¿Cómo se sabe si lo es? ¿Quién tiene la facultad de decidirlo?

- Bien, llegado a este punto, resulta algo difícil ponerse a dar clases magistrales sobre el qué, el cómo o el quién tiene la potestad de adjudicar el calificativo de viejo e inútil para la Sociedad a persona viva alguna.

- No obstante, y como conclusión, apuntaré que no hay edad que por sí sola determine la valía ni la utilidad de una persona. Los años vividos no son sinónimo de desgaste, sino de experiencia acumulada, de batallas libradas y de horizontes contemplados. Ser “viejo” no es cuestión de cifras, sino de perder el pulso de los propios deseos, de abandonar la brújula de las ilusiones. Y eso, más que un destino, es una elección o una renuncia, que puede darse a cualquier edad. 

- Cada ser humano posee un don que lo puede hacer perpetuo o agotado, según su capacidad de reinventarse, su salud interna y externa, y sobre todo, su voluntad de seguir deseando. Nadie tiene la autoridad moral ni el derecho institucional de declarar inútil a quien aún se siente capaz. Hay un mundo para cada edad, y en ese mundo caben la ilusión, el entusiasmo y la disciplina mental como herramientas para seguir viviendo con dignidad, con alegría y con propósito. La “cierta edad” que algunos temen, yo la celebro como una etapa fértil, donde el alma (si se lo permite), puede seguir floreciendo.

27/09/25

Del guateque al algoritmo: ¿quién guía a los jóvenes?

 


27 septiembre 2025

- Hubo un tiempo en que enamorarse no era cosa fácil, el control de la moral era cuasi policial y arrancarle una caricia, un abrazo y no digamos, ya, un pequeño beso, a tu otro ser pretendido era una verdadera proeza. Las madres o las abuelas se asomaban por las ventanas aún y a riesgo de perder la vida en un alargamiento corporal tremendamente peligroso, para ver si los niños se propasaban en el portal.

- Ir a las Fiestas (que ahora queremos recordar como guateques), era un signo de distinción pues debía evaluarse al invitado por el Padre y la Madre del promotor de la fiesta casera y pasar la prueba de idoneidad, es decir, la de ser un chico de padres honrados, de no conocérsele amoríos de mal fin y de si iba a aportar música decente (discos de vinilo), algunos dulces hechos por la familia del invitado y de mostrar una buena y digna presencia.

- Pues todo aquello que parecía exagerado, pero inevitable en aquellos ya olvidados años 50, 60 y hasta 70 para los más jóvenes, ¿en qué ha quedado hoy ese férreo formato?, ¿qué queda de aquella falsa o no, pero real, moral de la época?, ¿no existen ya esas fiestas del ayer?, ¿en qué se han convertido?, ¿dónde se enamoran hoy los jóvenes?, ¿de ser joven cual es el tiempo que fue mejor para cubrir sus etapas de enamoramiento, aquél nuestro o el variado y surtido panel de ofertas que el libre y atractivo mundo del ocio actual les ofrece?

Hoy, en este mundo que se nos presenta como libertino, donde la moral parece haber sido desterrada y la independencia juvenil se confunde con abandono, muchos padres han cedido el timón del acompañamiento, dejando a sus hijos a merced de un sistema que los etiqueta de rebeldes, maleducados y sin compromiso. Pero no es la libertad la culpable de las desgracias, sino el olvido de que educar en ella requiere presencia, ejemplo y afecto. La libertad bien enseñada no corrompe, sino que salva. Y si alguna esperanza cabe, es la de que volvamos a mirar a los jóvenes no como problema, sino como promesa: con atención, con políticas que los reconozcan, y con adultos que se atrevan a guiarlos sin imponer, a estar sin invadir, a amar sin vigilar. Porque ellos, y no nuestras nostalgias, son el verdadero futuro del mundo.


N: La fotografía suele atribuirse al fotógrafo alemán Thomas Höpker, aunque en algunos casos se ha confundido con trabajos de Elliott Erwitt por su estilo espontáneo y cargado de ternura. Aclarar que la imagen se usa con fines ilustrativos y sin ánimo de lucro.



25/09/25

Cogidos de la mano, siempre.

 



25 septiembre 2025

- ¿Cuándo sucedió que una pareja de veteranos amantes o examantes, que llevan toda una vida juntos, dejó de cogerse de la mano cuando van por la calle o están juntos en cualquier evento?

- Quizás haya escrito alguna otra vez sobre esta inigualable imagen que para mí supone ver a dos personas de cierta o mucha edad cogidos de la mano.

- Quizás nunca se cogieron de la mano o quizás sólo lo hicieron durante ese tiempo que los expertos llaman época del enamoramiento.

- Lo cierto es que me encanta ver cogidos de la mano a esos vulnerables y admirables seres de cierta edad, frente a esos otros (que no son pocos), en los que se ve a ese anciano macho prepotente que anda uno o dos metros por delante de ella y que no se vuelve ni en los pasos cebra para saber si le ha pasado algo a ella.

- Cogerse de la mano es mucho más que un contacto físico: es una declaración silenciosa de presencia, de cuidado, de memoria compartida. En esas manos entrelazadas hay años de complicidad, de batallas cotidianas, de silencios que no necesitan traducción. Ver a dos personas mayores caminando juntas, mano con mano, es ver el amor en su forma más resistente y humilde. Es un gesto que no presume, pero que conmueve. Porque en un mundo que corre, que olvida, que separa, esas manos unidas nos recuerdan que el afecto verdadero no envejece: se vuelve más sabio, más digno, más necesario.

- Quizás el mundo entero debiera aprender de ellos, de esos maravillosos seres que viven toda una vida cogidos de la mano.

23/09/25

Tributo a la vida en sepia

 

Año 1960 - Rambla de Alicante

23 septiembre 2025

- Me gusta rebuscar entre las más de cien mil fotografías que tendré archivadas (modo digital), y de vez en cuando parece que la aleatoria búsqueda sabe escoger esa parte del alma que nos hace ver que la vida pasa en un suspiro.

Hoy no quiero hablar del dolor, aunque lo conozco bien. Hoy quiero rendirme ante la belleza de lo vivido y lo que aún queda por vivir. Esta imagen, rescatada entre miles, me ha elegido a mí como si supiera que necesitaba recordar que la vida, incluso en blanco y negro, tiene luz propia.

- El guardia bajo su sombrilla, el tráfico pausado, los árboles que bordean la calle como testigos silenciosos… todo me habla de un tiempo que ya no existe, pero que sigue latiendo en cada fotografía que guardamos. Porque eso es lo que hace la fotografía: atrapa el suspiro de un instante y lo convierte en eternidad.

- Pero no pensemos en eso, la vida es lo que queda, no lo que hemos vivido por mucho que a mí me guste ahondar mis narices-e en el pasado. Este debe ser un tributo a la vida y lo debe ser en cualquier condición, nada de mostrar cara de desánimo, aunque ya casi no puedas andar, te quieren y los quiero, eso es lo más importante. Familia, amigos, amigos blogueros a todos, gracias.

- Gracias a quienes me quieren, a quienes me buscan, a quienes comparten conmigo este viaje. Aunque a veces cueste andar, aunque el cuerpo se resista, el alma sigue danzando. Y mientras haya libros, música, imágenes, y abrazos (aunque sean virtuales), seguiré celebrando que la vida es bella.

21/09/25

El verano invencible del alma

La luna que nos espera 

21 septiembre 2025

- A veces, quizás demasiadas, me gustaría, como no, estar a un paso de darle alcance a la luna, subirme a ella y dejar que su atracción me llevara al espacio infinito donde la ingravidez se hace sentir a la vez que las rejas que atrapan mi cuerpo se pudieran fundir en el infierno como si del hielo de ártico se tratara.

- ¿De qué hablo? ¿Fuga, cambio de universo, no al mundo cercano, terror ante lo que viene?, no, todo eso no sé si será posible entenderlo, pero es algo más.

- Sin embargo, entre ese algo más que surge en medio de esa fuga imaginada, de ese salto hacia lo desconocido, hay una certeza que me sostiene: siempre hay una luna que nos revitaliza. Una luna que nos acoge, que nos recuerda que vivir sigue siendo un acto de amor, de aprendizaje, de entrega. 

- Aprender a ser viejo no es resignarse, sino comprender que la vida no se agota, se transforma. Como escribió Albert Camus: “En medio del invierno, aprendí por fin que había en mí un verano invencible.” 

- No desesperemos por unas circunstancias de salud propias de esa cierta edad que todos vamos teniendo y cuyas consecuencias serán las inevitables, pero, sí, por favor, hay cosas para las que no conviene tener prisa y eso de coger el túnel final de la vida ... tarde, muy tarde, por favor. Vivamos creyendo que lo que nos espera es más grande que lo que dejamos atrás.

19/09/25

Bajo la superficie: el alma, el riesgo y la esperanza

 


19 septiembre 2025

- No siempre somos capaces de ver en algo o en alguien todo aquello que tiene oculto en su interior o que, simplemente, no se deja ver. Hablemos de las personas, los peligros y los caminos de nuestro andar vital.

- Como el iceberg que flota majestuoso en aguas tranquilas, cada ser humano, cada situación, cada decisión, esconde bajo la superficie una inmensidad que no se revela a simple vista. Hay bondades que no se anuncian, heridas que no se muestran, intenciones que se camuflan. Y también hay riesgos disfrazados de calma, tormentas detrás de sonrisas, trampas en senderos que parecen seguros.

- Por eso, cada encuentro con lo desconocido exige una danza entre la prudencia y la osadía. Ser precavido para no caer en lo que nos puede dañar, pero también valiente para no perder lo que podría transformarnos. Porque vivir es eso: caminar entre lo visible y lo oculto, entre lo que se muestra y lo que se intuye.

- Y aunque no podamos ver todo, sí podemos enseñar a mirar mejor. A nuestros hijos, a nuestros nietos, dejémosles el legado de la observación profunda, de la empatía sin juicio, de la alerta serena. Que aprendan a leer más allá de las apariencias, a escuchar lo que no se dice, a sentir lo que no se toca.

- Porque el mundo está lleno de icebergs. Y aunque la parte sumergida pueda asustar, también puede maravillar. Que nunca dejemos de mirar con bondad, de avanzar con cautela, y de advertir con amor.


17/09/25

Por los ojos del mañana

 


17 septiembre 2025

- Hoy no me siento bien. No por mí, sino por lo que veo en el mundo que heredarán nuestros hijos y nietos. Un mundo que parece haber olvidado las lecciones más dolorosas del siglo pasado. Guerras que se multiplican, hambre que se perpetúa, racismo que se disfraza de política, y migraciones desesperadas que cruzan continentes buscando apenas sobrevivir.

- Europa recibe a quienes huyen de África y América Latina, no por capricho, sino porque sus tierras han sido saqueadas, sus esperanzas apagadas, y sus futuros negados. ¿Cómo no ver en ellos el reflejo de nuestros abuelos, que también huyeron de la barbarie cuando el poder se volvió locura?

- Los gobernantes de medio mundo juegan con amenazas, con discursos vacíos de humanidad, con decisiones que siembran miedo en lugar de esperanza. ¿Dónde quedó el valor moral? ¿Dónde la responsabilidad de proteger, no de destruir?

- A quienes tienen el poder: estrechen manos, tiendan puentes, escuchen antes de disparar. No repitan el horror del ayer. No conviertan el futuro en una sombra del pasado.

- Porque en los ojos de ese niño (el que hoy nos mira desde esta imagen), está todo lo que aún podemos salvar.

Fidelidad: en mayúsculas, con alma y con tiempo

13 octubre 2025 - En un mundo que cambia a velocidad vertiginosa, donde las máscaras se intercambian con la misma facilidad que los discurso...