Como este avión en tierra, mi alma sigue lista para recuperar el vuelo
12 diciembre 2025
- A mis 76 años, incluso cuando el cuerpo me recuerda sus límites con un inesperado pinchazo, descubro que la verdadera fuerza no está en los músculos, sino en la serenidad del alma. La edad y la FSHD han trazado fronteras en mi movilidad, pero no han logrado cercar mi dicha. Porque me rodean la familia y los amigos, y en su compañía hallo la paz que ninguna dolencia puede arrebatar. Soy feliz: mi vida se ha convertido en un refugio de afectos, en un canto sereno donde la fragilidad se transforma en sabiduría y la quietud en plenitud.
- A veces la vida se detiene, pero sigue siendo inmensa.
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