Moscú - 2021
13 agosto 2025
- Me cuesta entender cómo un pueblo que ha dado al mundo música, letras y ciencia puede hoy ser retratado como el rostro del miedo. Moscú, con sus cúpulas que parecen cuentos, se ha convertido (para muchos), en símbolo de amenaza. Y nosotros, sin apenas notarlo, formamos parte de ese relato que otros escriben.
- Hoy, nacer en un rincón u otro del mapa te marca como bueno o malo, como aliado o enemigo. La altura y lugar de tu cuna decide si serás rico o pobre, si tu voz será escuchada o silenciada. Poco importa si eres sabio, torpe o un alma inquieta: el mundo ya ha decidido por ti.
- Y mientras tanto, los grandes conflictos no nacen del pueblo, sino de unos pocos que juegan a ser dioses desde sus tronos. Ellos encienden fuegos que nosotros apagamos con lágrimas. Ellos trazan fronteras que nosotros cruzamos con miedo.
- ¿Dónde quedó la imaginación humana, esa chispa capaz de crear belleza incluso en el dolor? ¿Dónde la esperanza de un mundo donde las diferencias no sean muros, sino puentes?
- Quizá sea de locos creerlo. Pero como escribió Rabindranath Tagore:
“No puedes cruzar el mar simplemente mirando el agua.”
- Por tanto, ¿donde está la imaginación del ser humano para reconducir estas crueles situaciones que el mundo de hoy y de ayer parece condenado a vivirlas siempre y repetidamente? ¿Existe alguna esperanza para que el mundo sea alguna vez un lugar donde las gentes se respeten, se ayuden y puedan vivir en paz con sus creencias, sus costumbres y sus muy distintas formas de vida? ¿Es de locos creerlo posible? ¿Es un delirio creer en la paz?
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