Es una metáfora visual de la propuesta de hoy: mirar el horizonte con dignidad, tomar la batuta, y encender la esperanza en medio de la sinrazón.
11 octubre 2025
- Vivimos tiempos donde la sinrazón se ha institucionalizado. Los medios nos bombardean con ruido, los líderes políticos se comportan como generales de trincheras, y las guerras (como las de Ucrania o Gaza), nos recuerdan que la diplomacia ha sido sustituida por la destrucción. El clima, herido por nuestra indiferencia, arrasa ciudades, cosechas y hogares. Las religiones, que deberían unir, se radicalizan. Y en el mundo occidental, la voz de un influencer tiene más peso que el informe que alerta sobre la precariedad de nuestros jóvenes.
- La política se ha convertido en un espectáculo de egos, y el desinterés por el futuro crece a medida que disminuye la edad. ¿Cómo sobrevivir a esta sinrazón? ¿Cómo recomponer un presente que parece desmoronarse?
- Nos toca a nosotros, los mayores y no tan mayores, tomar la batuta. No para imponer, sino para inspirar. Para recordar que el futuro no es una amenaza, sino una promesa. Que educar, trabajar con dignidad, gobernar con ética y convivir con respeto no son utopías, sino deberes.
Aquí cuatro rebuscadas citas que pudieran acompañar este despertar:
“La mejor manera de predecir el futuro es creándolo.” — Peter Drucker
Porque no basta con esperar: hay que actuar, sembrar, construir.
“Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.” — Miguel de Unamuno
Porque el pasado nos enseña, pero no debe encadenarnos.
“El futuro comienza hoy, no mañana.” — Juan Pablo II
Porque cada gesto ético, cada palabra justa, cada acto de ternura cuenta.
“La educación es el pasaporte hacia el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para él en el día de hoy.” — Malcolm X
Porque sin educación no hay ciudadanía, ni libertad, ni esperanza.
Conclusión
- El mundo no está perdido, está esperando. Esperando que lo miremos con ojos de infancia y manos de adulto. Que dejemos de lamentarnos y empecemos a recomponer. Que premiemos a quien gobierna con justicia y a quien trabaja con entrega. Que demos a nuestros hijos y nietos algo por lo que luchar y en lo que creer.
- Tomemos la batuta. No para dirigir, sino para armonizar. No para imponer, sino para inspirar. Que nuestro presente sea digno, eficaz y ejemplarizante. Porque si el futuro es su salvación, el presente es nuestra responsabilidad.
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