14 marzo 2025
- Un gran desierto ante mí y al final una montaña. Yo era muy chico, pero empecé a andar y mientras iba creciendo me daba cuenta que algún día conseguiría llegar al pie de la montaña.
- Iba haciéndome mayor y cuando más fuerza tenía conseguí llegar. Sin parar inicié la subida a la montaña, estuve años y años subiéndola, muchos años y cuando ya mis fuerzas empezaban a flaquear llegué a la cima. Me llené de orgullo y miré al horizonte y no había nada. Era como si un mundo espacial sin color, sin forma, sin materia, se plantara ante mis ojos desafiando mi inteligencia.
- Miré hacia abajo y me di cuenta de que la montaña no terminaba nunca, era como un foso infinito, oscuro como la mayor de las sombras y sin final. Me miré las manos, estaban arrugadas y ya nada quedaba de aquel niño que un día quiso llegar a la cima de la lejana montaña. No obstante, y a pesar de la dificultad del momento, me di cuenta de que una enorme sensación de felicidad inundaba mi alma, mi ser y mis pensamientos.
- No pensé en descender, solo me quedé allí, en la cima, esperando … y allí sigo, soñando.
Te he leído en silencio desde hace ya... y cada vez que lo hago sigo maravillandome .
ResponderEliminarEse camino por la vida parece infinito cuando pequeños, pero se llega y en la cima toca disfrutar de lo vivido; y seguir haciéndolo.
Entiendo tu retiro voluntario, hoy no pude resistir seguir en silencio.
Un abrazo infinito, amigo
Eres un encanto, Maia, gracias, me alegra mucho saber que estás ahí.
EliminarUn fuerte abrazo.
Excelente relato de lo que es la vida...
ResponderEliminarLa "niñez", lo del "medio" y lo "otro".
El "no había nada" puede equipararse a tu "lujo de ser mayor". :)))))
Lo que vendría a decir que la edad nos libera de valores impuestos, adquiridos y hasta mantenidos por nostros mismos a lo largo de la vida transcurrida.
¡Hoy la vida es otro historia!
Y de ahí las ausencias de antaño por un lado y el foso infinito por el otro.
Y ella, esa enorme sensación de felicidad.
Gran abrazo, profundo pensador.
Gracias, Ernesto, quedo ruborizado.
EliminarUn fuerte abrazo y, ah, sigo ahí, siendo feliz y ahí me quedo, aunque llueva, nieve o truene.