Barcelona 1957 - Fotografía de Leopoldo Pomés
24 febrero 2025
Recordaba esos años cincuenta de mi infancia en el que no existia el riesgo al agua embotellada transmitiendo esos plásticos venenosos en nuestras arterias; no existia el problema de tropezar con una farola mientras, hoy, la mayoría (como zombis), van leyendo incansablemente los mensajes que reciben en su teléfono móvil; no presumíamos de tener unas zapatillas deportivas de 250 € aunque mis padres no se lo puedan permitir. No obstante, y sin duda, lo mejor de nuestra infancia, a diferencia de lo que opinan los jóvenes de hoy, es que creíamos en un futuro mejor.
La preocupante falta de fe de los jóvenes en el mundo de hoy y las escasas oportunidades que este les ofrece les conduce a tomar partido por las charlatanerías y promesas de los políticos de extrema derecha, lo cual está por ver hasta donde alcanzará.
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