- Hay mañanas en las que la luz se cuela tímidamente por las rendijas de la persiana mal cerrada. No es un error: es una caricia. Un recordatorio de que, a pesar de todo, seguimos aquí. Respirando. Pensando. Amando.
- Para quienes viven con una enfermedad crónica, degenerativa o invalidante, cada día puede parecer una batalla silenciosa. Pero también puede ser una celebración íntima de la vida. Porque la fuerza mental que se requiere para aceptar, adaptarse y seguir adelante no se mide en músculos, sino en alma.
“El alma libre es rara, pero cuando la ves, lo sabes. Te alegra estar cerca de ella.” — Charles Bukowski
- No importa la edad. Lo que importa es saberse vivo. Reconocer que el don que Dios nos dio al nacer (la conciencia, el amor, la capacidad de sentir), persiste. Que aún podemos rezar, recordar, emocionarnos con la lágrima de un niño o con el abrazo de esos pequeños gigantes que llamamos nietos.
- La inmovilidad, parcial o total, no impide enamorarse. Ni seguir enamorado de aquel primer y único amor que nos acompaña desde la juventud. No impide querer a los hijos, ni sentirse querido por los amigos, ni descubrir nuevas almas buenas en el camino que nos ofrece esta nueva realidad.
“La vida no se trata de encontrarse a uno mismo, sino de crearse a uno mismo.” — George Bernard Shaw
- La vida es bella. No por lo que hacemos, sino por lo que somos. Por lo que sentimos. Por lo que damos. Porque cuanto más le entregamos, más nos devuelve. Porque incluso desde una cama, desde una silla, desde el silencio, podemos ser luz para otros.
- Y cuando desde el otro lado de la cama alguien nos mira con amor (ese amor que ha resistido décadas, que ha envejecido con nosotros sin perder su ternura), entonces comprendemos que estamos salvados. Que ese respeto, esa admiración mutua, esa compañía silenciosa, es una tabla de salvación hecha de afecto, de memoria y de fe.
- La vida, incluso en su forma más limitada, puede ser intensa. Puede ser luminosa. Puede ser digna. Porque no son las circunstancias las que determinan su valor, sino la forma en que decidimos vivirlas.
“La esperanza es el sueño del hombre despierto.” — Aristóteles
Hoy, celebremos la vida. En cualquier estado. Con cualquier cuerpo. Con toda el alma.
Buen día Enrique.
ResponderEliminarCelebro tus reflexiones, siempre tan plenas de sentimiento, siempre alentadoras, siempre celebrando la vida.
Eso te hace un ser de luz, y me alegra contarte dentro de mis amigos. Así te siento a través de todo este tiempo que compartimos nuestros sentires vía blog: un muy buen amigo.
Comparto todas las citas que haces , especialmente , la de George Bernard Shaw.
¡Y sigamos celebrando la vida!
Fuerte abrazo
Eso es, dulce Lu, sigamos viviendo, intentando quee sa vida sea lo más feliz posible y que con nuestra actitud hagamos felices a todos aquellos que nos rodean.
EliminarUn fuerte abrazo, buena y alentadora amiga.
Pero qué hermoso todo lo que has dicho, querido Enrique. Saborear la vida como lo sientes tú. Eres un ejemplo de vida, y te admiro.
ResponderEliminarPero yo te voy a decir una cosa. Hay personas que no están inmóviles, pueden moverse, pueden caminar, y en cambio, están más inmovilizados que los que no pueden caminar. Porque tienen temores, se bloquean, se sienten frágiles, no ven la vida como la sientes tú. Ponen barreras, obstáculos. No caminan, se limitan ellos mismos. Y pueden andar...
Personas como tú, con esta manera tan positiva de ver la vida, así se puede llegar muy muy lejos. Disfrutando desde el corazón. Lo sientes todo intensamente, y se es mucho más feliz.
Gracias por hacerme sentir la vida como lo ves tú, con los colores del arcos iris, con este pensamiento tan positivo, eres un ejemplo a seguir, Enrique. Tu alma camina muy lejos. Y nos abrazas a todos de manera gigante.
Un abrazo enorme.
Ay, querida María, has conseguido que mi cara se ponga colorada. Gracias, eres muy, muy amable. La vida, seguramente me ha hecho así, me ha forjado a su gusto y aquí estoy, disfrutando de ella.
EliminarUn fuerte abrazo.
Estoy en ese proceso de adaptación y aceptación; y algún día me gustaría sentirlo como lo haces tú, de mientras el enfado ha pasado, una enfermedad lo cambia todo y yo estoy en una batalla silenciosa aún.
ResponderEliminarUn abrazo infinito, amigo
Gracias, Maia, respetaré tu decisión.
EliminarUn fuerte abrazo
La vida es para los que la "saben honrar" como vos, Enrique, independientemente de las circunstancias, de manera ejemplar, sobreponiéndose a cualquier adversidad y por lo tanto dejando una invalorable enseñanza... Otro lujo tu prosa y el orgullo de ser tu lector, amigo.
ResponderEliminarAbrazo tan admirado como agradecido!!
Gracias, Carlos, intentaré ser breve con todos, este es vuestro espacio.
EliminarUn fuerte abrazo.
Una disertación muy, expresiva, bella y alentadora.
ResponderEliminarFue un placer leerte. Gracias, Enrique.
Un abrazo de Amixade, muy sincera.
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Gracias, querida Majo, tus comentarios igual que tus textos, rebosan sentimiento.
EliminarUn fuerte abrazo.
Eres muy fuerte y sabio. Ver lo bello de la vida es seguir luchando para un nuevo amanecer. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias, querida Judit, eres muy amable.
EliminarUn abrazo, escritora.
Hermosa manera de celebrar la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Será que lo hago sin pensar, Alfred.
EliminarUn fuerte abrazo, poeta.
Querido Enrique.
ResponderEliminarLeído todo con el interés de siempre, pues siempre encierran tus textos las realidades de la vida, me quedo con lo que me parece más tuyo, más tú!
"...sino la forma en que decidimos vivirlas."
Fuerte abrazo, amigo!
Mi sabio amigo Ernesto, no sabes cómo valoro tus siempre amables comentarios.
EliminarUn fuerte abrazo.
La vida la debemos afrontar tal como nos viene y no debemos imponernos barreras, ni por arriba ni por abajo. El que no podamos subir a lo alto de una montaña no quiere decir que tampoco se pueda salir a dar un paseo al parque.
ResponderEliminarSaludos.
Sabias deducciones contiene tu comentario, amigo Tomás. Gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
Iba a comentar y la leí a María, qué gran verdad ha dicho! Hay jóvenes viejos y viejos jóvenes, seamos los últimos, un abrazo Enrique!
ResponderEliminarAsí es, María Cristina. La vida es lo que somos, lo que podemos, y luego lo asumimos sin traumas.
EliminarUn fuerte abrazo.
Maravillosa entrad tambien la de hoy , te digo lo mismo que en tu otro blog .
ResponderEliminarEs un placer pasar por aqui y enriquecerse con tanta sabiduria y tantas cosas interesantes que nos dice s.
Gracia s.
Gracias, Joaquín, eres muy amable.
EliminarUn fuerte abrazo.
Gracias por compartir tus reflexiones, pensamientos, sentimientos. Eres y transmites luz en tus palabras y es admirable tu forma de vivir la vida. Me alegra mucho compartir contigo el camino.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias a ti, Cecilia, hoy me he emocionado leyendo tu post. Eres admirable.
EliminarUn fuerte abrazo.