25 septiembre 2025
- ¿Cuándo sucedió que una pareja de veteranos amantes o examantes, que llevan toda una vida juntos, dejó de cogerse de la mano cuando van por la calle o están juntos en cualquier evento?
- Quizás haya escrito alguna otra vez sobre esta inigualable imagen que para mí supone ver a dos personas de cierta o mucha edad cogidos de la mano.
- Quizás nunca se cogieron de la mano o quizás sólo lo hicieron durante ese tiempo que los expertos llaman época del enamoramiento.
- Lo cierto es que me encanta ver cogidos de la mano a esos vulnerables y admirables seres de cierta edad, frente a esos otros (que no son pocos), en los que se ve a ese anciano macho prepotente que anda uno o dos metros por delante de ella y que no se vuelve ni en los pasos cebra para saber si le ha pasado algo a ella.
- Cogerse de la mano es mucho más que un contacto físico: es una declaración silenciosa de presencia, de cuidado, de memoria compartida. En esas manos entrelazadas hay años de complicidad, de batallas cotidianas, de silencios que no necesitan traducción. Ver a dos personas mayores caminando juntas, mano con mano, es ver el amor en su forma más resistente y humilde. Es un gesto que no presume, pero que conmueve. Porque en un mundo que corre, que olvida, que separa, esas manos unidas nos recuerdan que el afecto verdadero no envejece: se vuelve más sabio, más digno, más necesario.
- Quizás el mundo entero debiera aprender de ellos, de esos maravillosos seres que viven toda una vida cogidos de la mano.
Me uno completamente a ese sentimiento tuyo, Enrique, siempre me conmueve ver a dos personas grandes como nosotros ir de la mano, un abrazo!
ResponderEliminarEs emocionante, María Cristina, y mucho.
EliminarUn fuerte abrazo.