Refugio invisible
09 julio 2025
- A veces, muchas veces, necesitas refugiarte en alguno de esos santuarios a los que ya por tu condición y edad ya no tienes acceso, pero a mí me basta con cerrar los ojos para sentirme en ellos.
- Y en esa quietud donde el tiempo no apremia, descubres que lo que parecía perdido en realidad vive en ti. No es tanto el lugar, ni siquiera el momento, sino la emoción intacta que se conserva como un susurro en la memoria. Así, el alma aprende a regresar sin moverse, a vivir lo ausente como quien revive una canción en silencio.
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Lo permanente, amigo, es esa tendencia que vives una y otra vez en tus distintos estados reales.
ResponderEliminarNo siempre al alcance de cualquiera. Lo que ello signifique, por su relevancia, aunque ésta sea tan personal, no deja de ser sorprendente.
Sobrevuela alguna que otra hipóteisis... :))))))
Fuerte abrazo, Enrique.
Aunque a mi edad ya me cuesta ir a la escuela, quiero decir que cuesta aprender algo nuevo, quizás tengas razón, querido amigo Ernesto. Al primer y nuevo momento en que pueda cerrar los ojos lo intentaré,
EliminarFuerte abrazo.
Es muy cierto, Enrique, se revive la emoción! Un abrazo!
ResponderEliminarSí, María Cristina y no sé a qué obedece esta otra realidad que a veces imagino, pero me gusta. De más joven, ya intuía ciertos desafíos imaginarios más envueltos en deseos que en logros, pero ahora ... pura ingenuidad, eso es lo que siento al lanzarme a esos brazos de la imaginación persistente que vive en mí.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Enrique.
ResponderEliminarCerramos los ojos y buscamos en silencio aquello que nos hizo vivir... Yo no hace falta que cierre los ojos porque para mí es igual, pero a veces me gusta cerrarlos e imaginar las cosas que no puedo ver. Pero al mal tiempo buena cara, jajaja.
Un abrazo.
Eres todo un ejemplo, Piedad, enhorabuena.
EliminarTe voy a seguir, pareces una persona muy interesante.