12/11/25

Siempre amanece: estímulos para la supervivencia

 


12 noviembre 2025

- Hoy quisiera entretener mis intenciones en animar a todo aquel que piense que esa luz que se cuela en nuestro dormitorio, al amanecer, entre las rendijas de una mal cerrada persiana, corresponde a un día que no necesariamente será bueno.

- Estímulos, planes, ocupaciones, devociones y hasta manipulaciones bondadosas, parece que pudieran estar fuera del alcance de aquel que ha decidido dejarse llevar por la vida como si fuera un cayuco en un rápido descenso de un río bravo.

- No es fácil dar consejos a quien no los quiere oír o que piensa que no hay mejor opinión que la suya y que lo inevitable no tiene remedio nunca, dejando el listón de lo imposible en cotas de una decepcionante realidad la cual no se puede alcanzar por falta de lo principal ... ganas y/o necesidad de supervivencia.

- Yo veo bailar cada semana una bachata o un bolero a muchos de mis amigos los cuales tienen más de setenta y los hay hasta de más de ochenta años. Algunos de ellos empezaron a hacerlo cuando enviudaron o cuando el último de sus hijos abandonó el nido. Otros (o los mismos), hacen viajes colectivos en bus o en otros medios, cruceros de una semana y otros practican yoga, baile de salón en grupo y hasta natación controlada en grupos de aquagym. Todos tienen múltiples razones, solteros, viudos, matrimonios y hasta parejas de hecho, para sentirse con ganas de poder hacer algo útil en su vida. Muchos compaginan sus labores de ocio con las de cuidar de los nietos o las de ayudar en la casa de sus hijos cuando estos lo piden.

- Hay un periodista de la noche que tras su corto discurso de cada intervención diaria se despide con un: "Siempre amanece" y eso es un canto a la vida, a la esperanza y a las felices ganas de supervivencia. Ese es mi lema ... "rezar para que mañana vuelvan esos rayos de luz que se cuelan entre las rendijas de mi persiana".

10/11/25

Nietos: Recarga de Vida para el Alma

Imagen cedida por mi amigo, Juan, desde Grok
 

10 noviembre 2025

- Dicen que Mario Benedetti escribió: “No hay enfermedad que no pueda curar la felicidad.” Y yo añadiría: no hay medicina más poderosa que un día con los nietos.

- Porque eso es lo que siento cada vez que comparto tiempo con ellos. Es como si la vida me regalara una recarga emocional, una chispa de energía que revitaliza esta alma ya curtida por los años. Estar con los nietos es mágico. A veces desafiante, sí, porque ellos crecen, tienen sus propios mundos, sus amigos, sus intereses… pero incluso en esa distancia que a veces se abre, hay una conexión que no se rompe.

- Tengo amigos que no tuvieron hijos. Algunos se refugian en sus sobrinos, otros ni eso. Y aunque no lo digan, la soledad les pesa. Les cuesta mantener encendida la llama de las ganas de vivir. Por eso, cuando me preguntan cuál es la mejor etapa de la vida, no dudo: ¡Esta! ¡Ser abuelo! Y lo digo con el corazón en la mano: No tengáis miedo a haceros viejos, si tenéis nietos, será la mejor etapa de vuestra vida.

- Claro, también he aprendido a contener ese entusiasmo cuando estoy con quienes no han tenido esa suerte. Pero por eso mismo, me nace animar a los jóvenes: tened hijos si podéis, criadlos con amor, educadlos con ternura. No solo por ellos, sino por vosotros mismos. Porque formar una familia es también construir un refugio vital y emocional para el futuro.

- Sé que hoy muchos jóvenes dudan. Prefieren vivir sin ataduras, sin complicaciones, sin que la maternidad o la paternidad interfieran en sus planes profesionales o económicos. Lo entiendo. Pero también sé que el amor verdadero, el que se cultiva en pareja y se multiplica con los hijos, puede ser el motor de una vida plena.

- Así que mi mensaje es este: no tengáis miedo a comprometeros, a formar pareja, a tener hijos. Porque si lográis equilibrar eso con vuestra vida profesional, os espera una felicidad profunda y duradera. Y cuando lleguen los nietos, si llegan, descubriréis que la vejez puede ser una etapa luminosa, llena de sonrisas, juegos, abrazos y ganas de seguir viviendo.

08/11/25

El abrazo que venció al tiempo

Imagen de FREEPIK


08 noviembre 2025

- Hace ya algunos años, quizás más de diez, cuando una mañana cualquiera, tropecé en la tienda de las verduras con un joven de unos treinta años que arrastraba una silla de ruedas ocupada por un simpático chaval de unos veinte, afectado por esclerosis. No pude evitar entablar conversación con el mayor, empezando por unas preguntas triviales sobre el tiempo. Poco a poco, la charla nos llevó a su historia y la de su hermano: huérfanos desde hacía una década, vivían un calvario constante, peregrinando por oficinas de la Seguridad Social y del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, buscando una mano amiga que les ayudara. Pero él no se quejaba. No había en su rostro (en la de los dos hermanos), ni una sombra de derrota.

- El mayor se había convertido en médico y pensaba llegar a especializarse en Neurología. El pequeño, con una sonrisa que iluminaba, se manejaba en Internet vendiendo servicios de entrega rápida. Me quedé maravillado. La Polaca, la entrañable señora que nos cobraba las verduras, dibujó lágrimas en sus mejillas cuando abracé al joven y le dije que era todo un campeón. A mí también me emocionó, como a todos los presentes.

- Ayer, en el hospital, me encontré con el neurólogo, ya un hombre de cuarenta y pocos años. Me reconoció, aunque a mí me costó hacerlo. Hablamos brevemente, pero sus palabras me dejaron el alma rota. Al preguntarle por su hermano, me dijo que había fallecido hacía cinco años, dudó en si seguir y lo hizo durante unos breves segundos y con tono muy triste y serio me contó: "Murió en paz. Su cara bondadosa le trajo a su vida a muchas personas de bien que nos ayudaron mucho. Antes de su último suspiro mi hermano me miró con ternura y se despidió de mi: Hermano, te espero en el cielo, te lo mereces… y se fue". El neurólogo me cogió la mano y se despidió con un: "Si algo necesita, ya sabe dónde encontrarme".

- Diré para terminar que hay seres humanos que, sin pedir nada, lo dan todo. Que enfrentan la adversidad con dignidad, sin quejas, sin rencor. Que transforman el dolor en impulso, y la necesidad en vocación. El mayor de aquellos hermanos no solo cuidó, estudió y trabajó: sembró esperanza. Y el menor, con su bondad, abrió puertas que ni él imaginaba. Son ejemplos vivos (y eternos), de que el amor, la entrega y la fe en los demás pueden cambiar destinos. A quienes dan todo por los demás, sin esperar recompensa, les debemos más de lo que creemos. Son ellos quienes nos recuerdan que la verdadera grandeza está en el corazón y que la fuerza del pesimismo debe ser combatida con amor, dedicación, fuerza y una enorme valentía. Ser pesimista puede estar de moda, no caigamos nunca en su trampa, siempre hay un cómo y un alguien en quien confiar... aunque a veces (demasiadas veces), solemos ignorar que la mayor fuerza está siempre muy cerca, está en nosotros mismos.

06/11/25

El cielo siempre estuvo ahí

Imagen sin referencias que vino a mi desde el baul-e del olvido


06 noviembre 2025

- Me desperté en mitad de la noche, de esas que parecen no tener fin. La casa en silencio, el mundo detenido. 

- Me senté al verla: su rostro, iluminado por la luz temblorosa del televisor, parecía custodiar los sueños más dulces. Dormía plácidamente, como si el tiempo no hubiera pasado. La misma cara, la misma paz, la misma belleza serena que me enamoró hace ya 59 años. 

- Su gesto era dulce, despreocupado, feliz. Y yo, en mi largo silencio, contemplándola sin saber cómo celebrar tanta fortuna. 

- Todo parecía tan tranquilo, tan eterno, que tuve que decírmelo: qué suerte tengo, parece que el cielo ha estado siempre aquí, a mi lado. 

- Quizás sea un mensaje que el Creador nos da a conocer como premio a nuestra persistencia y que desde el más profundo sueño surge como una estimable sentencia: El amor, cuando es verdadero, no envejece, se transforma en hogar, en refugio, en milagro cotidiano. 

- Feliz día y, ah... poneros piedras en los bolsillos, viene vendaval.

04/11/25

Hoy algo fue distinto: La niña, el abuelo y el pajarito


 Imagen recibida de mi amigo Pere, que maneja la IA como el mismo Ildefonso Robledo


04 noviembre 2025

- Hay sensaciones que no se pueden evitar. Anclado en la silla del “no salga de casa, ni haga esfuerzos en una semana”, me asomé, una vez más, a la ventana de mi despacho. Afuera, la lluvia comenzaba a dibujar el otoño sobre el cristal, y en ese lienzo húmedo apareció, como cada mañana, la niña del uniforme colegial junto a su abuelo. Se sientan en el banco del parterre, hablan largo y tendido, como si el tiempo no les apremiara.

Pero hoy algo fue distinto.

- Mientras conversaban, la niña señaló un rincón del césped. Se levantó con decisión, caminó hasta allí y recogió con delicadeza lo que parecía y era, un pajarito herido. Lo acurrucó entre sus manos, pidió un pañuelo a su abuelo y lo envolvió con ternura. No cesaba de acariciarlo, de susurrarle palabras que sólo ellos dos entendían.

- Luego, como quien sabe que el amor también se da en forma de pan, sacó de su mochila un bocadillo envuelto en papel de plata. Lo desmenuzó en trocitos diminutos y comenzó a alimentar al pajarito, que comía con torpeza pero con hambre de vida. Diez minutos después, aún entre caricias y calor humano, la niña se levantó, retiró el pañuelo, besó la cabecita del ave y la lanzó al aire.

- El pajarito voló. Con fuerza. Con alegría. Y la niña corrió tras él, despidiéndolo con los brazos abiertos.

- Al marcharse, la niña se volvió hacia mi ventana, me señaló desde la distancia, llamó la atención de su abuelo y me saludó con la mano. Yo, sorprendido y conmovido, respondí con un gesto tímido. Y me quedé pensando… ¿Por qué me habrá saludado? Tal vez lo más hermoso sea aceptar que no hacía falta un motivo. Cerré la ventana. Hasta mañana. 

¿Qué enseñanza podría dejarme esta escena?

- Esta pequeña historia encierra una enseñanza tan grande como sencilla: la compasión no necesita edad, ni permiso, ni explicación. La niña no dudó en actuar, en cuidar, en dar lo que tenía (su tiempo, su comida, su ternura), a un ser indefenso. Lo hizo sin esperar nada, sin que nadie se lo pidiera, simplemente porque su corazón le dictó hacerlo.

- Y al final, ese gesto de despedida hacia mi, es quizás el más revelador: cuando uno actúa con amor, el mundo responde. A veces con un vuelo inesperado, a veces con una mirada cómplice, a veces con un saludo que no necesita razón.

- Viviendo situaciones así, creo que aún es posible la salvación del mundo que viene.

02/11/25

Fieles Difuntos: Un abrazo a los Padres que nos enseñaron a vivir



02 noviembre 2025

- Hoy, en este día de recogimiento y memoria, quiero rendir homenaje a quienes, sin pedirlo, nos enseñaron a vivir con dignidad, esfuerzo y ternura. A esos Padres que, en plena postguerra y con sus silencios, supieron levantar hogares llenos de vida, de hijos, de abuelas, de pan compartido y de sueños que no cabían en las estrecheces del momento.

- En mi casa (la de mis Padres), vivíamos felizmente con ellos, yo mismo con mis dos hermanos y mis dos abuelas. Y aunque no había lujos, sobraba lo esencial: amor, respeto y esa mirada cómplice que mi Madre, mi querida Paquita, me lanzaba cuando llegaba de madrugada. Ella no dormía hasta que yo cruzaba la puerta. Y no hacía falta palabra alguna: sus ojos hablaban por ella. Me reprochaban con dulzura, me abrazaban con paciencia, me recordaban que el amor también es desvelo.

- Esta mañana, tras el habitual golpe de tibia contra la esquina de la cama (ritual que parece no querer abandonarme), y con el primer café en mano, me he puesto a pensar en todos esos Padres que, como hacía el mío, como hice yo mismo en otro tiempo, como tantos otros, han pasado noches enteras esperando noticias de sus hijos. Hoy, mientras muchos de ellos caminan por la madrugada esperando una señal en su teléfono en señal de "¿Papá, vienes a buscarme?". Señales que terminan con un mensaje esperado, yéndolos a recoger de su noche de calabazas, danza, copas y amistades olvidadas, a todos ellos yo les envío un abrazo. Uno grande, sincero, lleno de gratitud.

- Porque criar no es solo alimentar. Es sostener, acompañar, resistir. Es construir un mundo donde los hijos puedan equivocarse sin miedo, volver sin culpa, crecer con raíces. Y eso hicieron nuestros padres. Eso he intentado yo, cada día, con quienes nos sucederán y me siento feliz por ello. Ser Padre (Padres), es darlo todo sin esperar nada a cambio.

- Me despido rezando. Dando gracias a la vida por haber tenido unos Padres que supieron amar sin medida, unos hermanos que aún me acompañan, unas abuelas que tejieron ternura en cada rincón. Gracias por esa gran familia que me enseñó que vivir es, ante todo, compartir.

- Decía mi Madre y acertó: "Enrique, tú serás un tipo con suerte toda tu vida".

31/10/25

Abrazando, amando siempre a aquél "Mi Otro Mundo"

31 octubre 2025

- Hace ya diez años escribí un artículo que suelo leer a menudo y que solía leerlo en algunos lugares de culto social (hace algún tiempo, cuando mi movilidad era aceptable), y que hoy voy a copiar aquí en un día tan especial como el de la antesala al primero y segundo día de noviembre (Todos los Santos y Día de los Fieles Difuntos).


Mi otro mundo … sin creer en él no hay camino (2015)



Play, por favor: 


- Y me puse a escribir sin pensar, sin que pudiera entender por qué el teclado era aporreado por mis ideas …
Muchas son las veces que me surgen, de repente y sin avisar, imágenes de las escenas de mi vida que me hacen sentir como si, a veces, ya no estuviera en este mundo, es mi otro mundo. Viva la revolución, sigo creyendo en el espejismo de aquello por lo que hemos venido a pisar este polvo. Ninguna medalla justifica una guerra, solo la razón de un mundo sin trincheras … todo menos dejar de buscarla... "La Belleza".
- Cuando tomas el segundo café, cuando el día te va saturando de una extraña y oculta felicidad que te va arrastrando, sin remedio, hacia un mundo inexistente, utópico pero necesario y querido, él es mi norte, sin creer en él no hay camino, no hay vida, solo monotonía, aburrimiento y muerte, yo sigo negociando con ella sin descanso, no me canso de hacerlo, es mi reacción ante la estupidez humana y a su irremediable ansia de autodestrucción. Vida o muerte, te hacen escoger, pero yo prefiero la vida, el amor, la Belleza, lo demás solo es circunstancial.

Siempre amanece: estímulos para la supervivencia

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