07 octubre 2025
Culto al Esfuerzo: Un Homenaje a los Nuestros
- Desde aquel lejano 1954, cuando con cinco años crucé por primera vez las puertas de un colegio público, hasta 1969, año en que concluí mi carrera de Aparejador, no dejé de estudiar. Pero tampoco dejaron de esforzarse mis Padres. Ellos, valientes y tenaces, trabajaban casi doce horas al día, los dos, para sostener una casa donde con ellos convivíamos tres hermanos, dos abuelas y una esperanza común: salir adelante.
- Éramos una legión. No solo por número, sino por el compromiso compartido. En casa no se hablaba de privilegios, sino de deberes. Se nos pedía esfuerzo, lealtad, dedicación. A nuestros Padres, se les exigía aún más: reconstruir un país roto por la Guerra y la postguerra, sin quejarse, sin descanso.“La educación no es la preparación para la vida; la educación es la vida misma.” — John Dewey
- A mí me gustaba estudiar. Me sigue gustando. Pero nunca lo viví como mérito exclusivo. Lo viví como parte de un pacto silencioso entre generaciones. Un pacto que decía: si tú trabajas, yo aprendo. Si tú aguantas, yo avanzo. Si tú no te rindes, yo tampoco.“La fuerza no proviene de la capacidad física, sino de una voluntad indomable.” — Mahatma Gandhi
- Este post rinde culto a esa familia, la nuestra, la cual no era una excepción, todas eran así. Familias que, desde la humildad, levantaron un país. No quiero entrar aquí en juicios políticos sobre los errores que llevaron a nuestros Padres a soportar aquella Guerra (1936–1939). Esos errores se repiten hoy y desde entonces, en todas partes. Lo que quiero es recordar que, gracias al esfuerzo de abuelos y Padres, de perdedores y ganadores, llegamos hasta aquí. Y eso, eso sí que es un triunfo que debiéramos mantener por encima de cualquier otro objetivo político y social.“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.” — Pitágoras
- Hoy, con gratitud, escribo este homenaje. Porque estudiar fue un privilegio, sí. Pero también fue un acto de amor colectivo. Y ese amor, como el buen cemento, sostiene aún los muros de nuestra memoria.
- Hoy, al mirar atrás con gratitud, también miro hacia adelante con esperanza. A quienes vienen (cuarenta y cincuentañeros, jóvenes y niños), les dejamos un legado que no se mide en bienes, sino en valores: el esfuerzo compartido, el respeto por quien camina a tu lado, y la convicción de que pensar distinto no convierte a nadie en enemigo. Que nunca olvidemos que los pueblos se levantan no solo con trabajo, sino con ternura, con diálogo, con la voluntad de acompañarse. Recuperar esa cultura del esfuerzo y del afecto colectivo es quizás el mayor acto de amor que podemos ofrecer al mundo que aún está por hacerse.
“La educación no es la preparación para la vida; la educación es la vida misma.” — John Dewey
“La fuerza no proviene de la capacidad física, sino de una voluntad indomable.” — Mahatma Gandhi
“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.” — Pitágoras
Hola. Pasaba por aqui por casualidad.
ResponderEliminarPues por casualidad te saludo.
EliminarQué bien has descrito esa época que también es la mía, Enrique.
ResponderEliminarBonito homenaje dedicado a tus padres y que yo hago extensible a los míos.
Agradecimiento emocionado.
Su memoria, su amor incondicional, sus enseñanzas, son el mejor legado.
Gracias.
Un abrazo inmenso.
Gracias, Maripaz, así es, siempre estaremos agradecidos, siempre.
EliminarUn fuerte y emocionado abrazo.
Muchas gracias por compartir estas vivencias y reflesione s.
ResponderEliminarUn placer leerte siempre .
Y una gran sorpresa lo que me contaste sobre vuestra boda .
Un sitio maravilloso aunque ha cambiadoa algo , la ultima vz zque fuimso lo note cambiado , la entrada y eso.
Hemos ido muchas veces pues para estas fechas suelen hacer la Festa Modernista de la Colònia Güell y está muy bien .
un gran saludo.
Hola Joaquín, miles de años que no hemos vuelto a la Cripta, por lo que me dices, casi prefiero recordarla como era.
EliminarUn fuerte abrazo
Entonces existía la ley del esfuerzo y eso hacía conseguir unos buenos resultados. Ahora los niños se educan dándole todo lo que quiere y se está olvidando la ley del esfuerzo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, totalmente de acuerdo contigo.
EliminarUn abrazo.
Que hermoso homenaje has hecho a tu familia
ResponderEliminarPaz
Isaac
Gracias, creo que esas generaciones se lo merecen.
EliminarUn abrazo, poetas.
Un homenaje merecido a tus padres, pienso que gran esfuerzo les debe haber costado aguantar tus estudios. Pero ellos sabían que los tiempos que se avecinaban necesitaban respaldo de una carrera.
ResponderEliminarmariarosa
Así es, María Rosa. Nunca seremos capaces de agradecerles en la cantidad que merecen a esas generaciones que nos precedieron.
EliminarUn abrazo.
Parece fácil pero ahora el trabajo se ve más como una molestia al gial que la familia. Es siempre bueno agradecer a nuestros padres por darnos tanto y enseñarnos a valorar el trabajo. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias, Judit.
EliminarTe mando un fuerte abrazo, escritora.
Hace poco hablábamos con uno de mis hijos de la importancia de educar en la familia con la responsabilidad y el esfuerzo para conseguir metas, eso se contagia, hoy día aparece muy de vez en cuando, un abrazo Enrique!
ResponderEliminarEso creo yo también, María Cristina. La educación empieza en casa, decían y dicen los más viejos del lugar ... creo que hablan de algo que ya no se valora, ni se fortalece como lo era el ayer que vivimos.
EliminarUn fuerte abrazo
Que cierto es todo esto que nos cuentas y que esas generaciones que somos hijos de aquellos que en su juventud o niñez le toco vivir o sufrir (según se mire) esa guerra tan cruel como inútil y que con su esfuerzo fueron saliendo adelante nos animaron a que nos formáramos.
ResponderEliminarYo no recuerdo de ninguna reprimenda si en alguna ocasión en el boletín de notas había algún suspenso, ero si que me decían que el mas interesado en tener buenas notas era yo y que debía esforzarme un poco mas.
Saludos.
Lo has resumido perfectamente, Tomás, tal cual, pienso lo mismo que tú.
EliminarUn abrazo.
El deterioro humano social que se ve por todos lados se debe a que dejamos de transmitir y alentar con el ejemplo, como nos enseñaron... Lo bueno de todo esto es que sabemos por donde debiéramos retomar el camino, verdad?
ResponderEliminarAbrazo sin sombrero hasta allá.
Así es, querido amigo, así es.
EliminarUn fuerte abrazo.
Para ti, hubo dos guerras: la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Fueron tiempos realmente difíciles, de lucha por la superación personal y la dignidad. Mis padres también tenían a sus tres hijos estudiando...
ResponderEliminarLa base de una buena educación integral es el ejemplo. Todavía me encuentro escatimando en cosas pequeñas, sin necesidad...
Sigo emocionándome al leerte, y me gusta leerte.
Un grande abrazo, estimado amigo.
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Gracias, Majo, eres una gran persona y muy sensible. Admirable.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que bendición haber contado con ese apoyo en tus estudios querido amigo, y que bendición que lo reconozcas, agradezcas y lo recuerdes. Esa unión familiar forma buenos cimientos.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, Cecilia, esa fue mi suerte.
EliminarUn fuerte abrazo.
Nada se faz sem esforço, dedicação e perseverança.
ResponderEliminarAs dificuldades variam conforme as possibilidades de cada um.
Felizes aqueles que atingem os objetivos que se propõem apesar dos sacrifícios que enfrentam.
Abraço de amizade.
Juvenal Nunes
Confirmo y comparto tu opinión, Juvenal, como no.
EliminarUn fuerte abrazo de amistad.