29 julio 2025
- Cuando hablamos de lo antiguo lo hacemos creyendo que es algo que sucedió o que existió hace mucho, muchos años, pero hay un momento en nuestras vidas en que nos damos cuenta de que al saber reconocer determinados objetos que forman parte de nuestro pasado quizás lo antiguo seamos, ya, nosotros mismos.
- Los que ya tenemos cierta edad empezamos a reconocer que lo antiguo ya no es un calificativo que se abraza al desprecio como una única forma descriptiva, no, ya somos ... ¿qué dices, Enrique? que lo antiguo me parece bello, nostálgico, cuasi celestial; como aquel traje de alférez que se quedó en casa de mis padres y que yo solía visitar con amplia devoción cuando me acercaba a su olvidado lugar en el armario del fondo; cómo aquel viejo 600-E que fue mi primer cuatro ruedas motorizado que entonces me parecía un Ferrari; como aquellas viejas fotos apostadas en ese viejo marco plateado donde están las caras juveniles de mis adorados progenitores; como esa vieja campanilla dorada que se usaba en mi muy lejana infancia por los monaguillos en las misas dominicales y que ahora son pasto del óxido a pesar de mis amables cuidados; como aquellos sonoros recuerdos de las ferias de la Plaza de la Sagrada Familia de los 50 donde en los llamados "autos de choque" se oía la entonces maravillosa música de los Teen Tops o de los Sirex o de los Mustang; como ... como tantas y tantas cosas que nos hicieron tan felices, que tan pronto olvidamos y que ahora no podemos vivir sin recordarlas y sin echar alguna inesperada lágrima cuando nadie nos ve.
- Así, lo antiguo no solo vive en lo que tocamos o recordamos, sino en lo que somos. Cada objeto guarda una huella, cada memoria revive un fragmento de nosotros. Quizá lo verdaderamente bello de lo antiguo sea que nunca se ha ido del todo.
“Lo que fue, vuelve en la forma de un suspiro, una imagen, un objeto, y nos recuerda que el tiempo pasado también es parte del presente.”
Marguerite Yourcenar
Qué bonito broche de oro el final con esa frase que nos dejas de Marguerite, por cierto, iré a Google a ver quién es, porque no la conozco y me ha encantado esa frase.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que alegas en tu entrada. Es cierto que somos parte del pasado, somos las vivencias, los instantes del ayer, los años nos han hecho acumular experiencia. Y somos todo lo que hemos vivido.
Me acuerdo del 600 yo era niña, no puedo olvidarlo, toda una familia cabíamos en ese coche. Y aún se ve circular alguno, y me gusta ver las cosas antiguas. Tantos recuerdos entrañables.
Me ha encantado tu entrada.
Un abrazo.
Gracias, Maria, eres un encanto.
EliminarUn fuerte abrazo de miércoles
Me encanta tu sencilla y atractiva forma de escribir.
EliminarSe convierte en recuerdos y nos dan alegrias., Te mando un beso.
ResponderEliminarYa no podemos vivir sin ellos (los recuerdos), querida Judit.
EliminarUn fuerte abrazo, escritora.
Es una entrada muy auténtica e interesante.
ResponderEliminarGracias por tus amables palabras de apoyo y incentivo en mis 'blogs'.
A ver si te gusta el poema que te escribí...
Un abrazo de gran afecto.
~~~
Gracias, Majo, eres una gran persona.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Enrique. Cada minuto que pasa...ya es pasado. Y lo que somos hoy se lo debemos a ese pasado que construimos cuando fue presente.
ResponderEliminar¿Ya me enredé? Bueno, lo que quiero decir es que no podemos olvidar ese ayer. Que atesoro recuerdos y objetos. Que lo antiguo me gusta siempre.
No sé para que, pero guardo un viejo televisor, una máquina de escribir, una estufa de esas que funcionaban con resistencia eléctrica, fotos en blanco y negro, entre otras cosas.
Preciosa entrada y preciosa frase elegiste para cerrar tu alegato sobre lo "antiguo".
Fuerte abrazo
Gracias, dulce Lu, escribes con sentimiento y eso te hace ser una persona excepcional.
EliminarGracias, gracias, gracias.
Un fuerte abrazo.
Alguien dijo que el tiempo pasado es nuestro reino... Nunca nos lo podrán quitar... No sabemos si es real o soñado, lo mismo da.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Dices muy bien, Ildefonso. Lo importante de nuestro pasado es como lo queremos recordar.
EliminarUn abrazo, maestro de la fotografía.
Esas cosas antiguas, esos recuerdos que acuden a nuestra mente al menor llamado, por un aroma, una música, un objeto, tiene la facultad de llevarnos a revivir lo pasado y eso lo hace encantador.
ResponderEliminarAbrazos!
Tremendamente encantador, Cecilia. Todavía soy capaz de recordar cuando de niño iba de visita a la antigua casa de mis abuelos y me gustaba perderme por todas las habitaciones. Ahora lo revivo con un placer inmenso.
EliminarUn abrazo de jueves.