08 marzo 2025
- El amor, la esperanza, orientar e instruirme sobre el mundo futuro de mis descendientes y la investigación sobre las llamadas enfermedades letales, sean degenerativas o no, son ahora mi lecho de atención y del consuelo diario en busca de esos amaneceres, esos besos y los más cálidos abrazos durante el resto del camino que me quede por vivir.
- Tengo claro y hasta admitido, que vivo soportando (con el apoyo, ayuda y sacrificio de mi otra mitad conyugal), una enfermedad muscular degenerativa (FSHD), cuya ocupación es destruir la musculatura poco a poco, pero es algo que tenía y tengo muy asumido pues mi Madre la sufrió hasta sus últimos días. En este instante de mi vida (75 a), la enfermedad me está tumbando a marchas forzadas, es decir, cansancio superlativo y apenas puedo andar y/o mantenerme en pie. El agotamiento llega a las piernas y a los brazos y ya me cuesta hacer cualquier cosa, pero cuando llegue (caprichosamente), a los músculos del corazón y/o del pulmón, se apaga la luz de la vida y eso, aún y sabiéndolo, seguiré intentando que el sol salga cada día en el libro de mi vida mientras pueda mantenerlo abierto.
- Lo dijo Benedetti: "Cómo no tener en cuenta que la muerte es la cumbre de la sencillez".
No hay comentarios:
Publicar un comentario