La apertura sexual, el auge de la sensualidad sin límite, el escaso recato en las normas de la vestimenta pública y alguna causas y praxis que voy a omitir aquí ... ¿tienen que ver todas esas liberaciones en el comportamiento y escasa vida de las parejas; del distinto modo de educar a nuestros nacientes enanos y que provoca ciertas reserva a la hora de comportarse en público; al escaso interés de las generaciones crecientes por la estabilidad laboral y profesional y, preferentemente, por su ausencia de interés en un mañana prometedor?
Quizá la moral nunca fue un patrón fijo, sino un espejo del alma de cada época y de cada individuo. Las formas cambian, los tiempos se transforman, pero lo esencial permanece: vivir con coherencia, respetar la diversidad y entender que cada generación encuentra su verdad en su propio camino.
- La moral nace en cada individuo, libre y cambiante.