24 julio 2025
- Hoy escribiré aquí que todas mis emociones del día han venido culminadas cuando a la mayor de mis nietos, dada su excelente nota, le han adjudicado una plaza de acceso para estudiar en la Universidad de su tierra querida en "QUIMICAS" cual era su primera opción y hasta hoy, en un proceso de selección muy complejo, que me ha dejado maravillado (incluyendo entrevistas por videoconferencia), no lo ha conseguido.
- Ser abuelo es un privilegio que no se puede describir con palabras exactas, y hoy, mi corazón se desborda por ella, la primera de cinco joyas que iluminan nuestra vida. Su esfuerzo, su inteligencia y su determinación no solo la han llevado a cumplir su sueño, sino que también han llenado de sentido el amor profundo que sentimos por cada uno de nuestros nietos. Este logro suyo es una celebración compartida, un lazo que refuerza el cariño infinito que nos une. Hoy le toca a ella brillar, pero con cada paso que dan, todos me hacen sentir que el legado más valioso que dejo son ellos.
Te felicito de todo corazón y tienes razón en sentir ese orgullo
ResponderEliminarPaz
Isaac
Gracias, pareja romántica, poetisa y poeta.
EliminarETF, me alegro por tu alegría. Que sigan llegando momentos para disfrutar y dolores de los que aprender. Va un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Julio David. Dios te oiga.
EliminarUn abrazo.
Estar con quien amas y cuidarlos es un gran triunfo. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias, querida Judit.
EliminarUn abrazo de viernes, escritora
Felicitaciones para tu nieta Enrique. Emociona acompañar los pasos de los nietos y ver sus avances y logros. Son nuestra luz.
ResponderEliminarFeliz viernes!
Sí, así es, Cecilia. Se viven como si fueran igual o más que los que vivimos con nuestros hijos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Cuando leí "no lo ha conseguido" se me encogió el corazón, pero luego vi que sí, entonces volvió el alma al cuerpo, es que los abuelos somos muy sensibles y solidarios, Felicitaciones a ella por sus méritos, y el babero para el abuelo! Un abrazo Enrique!
ResponderEliminarGracias, María Cristina. Ese instinto de abuelo nos hace felices y vitales.
EliminarUn fuerte abrazo.