19/08/24

Sonriendo, pero tengo un enorme miedo a morir

 

Fotografía de Eva Besnyo


19 agosto 2024

- Ya casi no me acuerdo de cuando mi Padre me llevaba los domingos y desde mi más tierna infancia, a la Iglesia del Pino en Barcelona. Rezaba con sentimiento y hasta me sentía creyente.

- La Señora Antonia (la del piso llamado Principal), se ofrecía para que bajara con ella a un huerto que tenía a los pies de su casa y recogía higos de una hermosa higuera los cuales eran de un dulce y extraordinario sabor. Antonia (muy vieja ella y muy niño yo), me premiaba con un beso y con una bandeja repleta de higos por hacerle compañía. Yo me sentía el rey del mundo y mi Madre cuando me veía subir a casa (en el tercer piso y sin ascensor), con la bandeja y mi sonriente y feliz faz, me daba otro beso y me decía: "¿Cómo te haces querer tanto, Enric?". No era yo, entonces, sabedor de esa extraña y desconocida virtud.

- Jugaba yo de portero (creo que fue la primera y única vez que lo hice en esa demarcación), y vino a verme jugar por primera y única vez mi Santo Padre acompañado de mi hermana. Yo tendría unos doce años, era el campo del Velódromo de Gracia (hoy derruido y ocupado por varios bloques de viviendas de PO). Me sentí el rey del mundo, hice un buen partido, ganamos y no me metieron ningún gol. Sentía su amor y con ello, correspondido.

- Como esas viejas historias viví muchas más, siempre feliz, siempre contento, soñando, admirando, aprendiendo de todo y de todos lo cual provocaba en mi unas grandes ansias por vivir, pero anoche tuve un mal sueño. Me vi de niño y como fui convirtiéndome en un viejo sonriente, pero decrépito, enfermo, sentado en una silla de ruedas y llorando silenciosamente, pero repitiendo en el interior de ese cuerpo arruinado una única voz que repetía una y otra vez: "No quiero morir, no, no quiero morir, tengo miedo a morir". 

- Hoy me desperté igual que ayer, me sentía como un niño que aún no ha aprendido a andar, pero ese niño se asomó a la ventana, miró al cielo y dijo algo que ni yo mismo recuerdo, solo sé que lo dije sonriendo.

1 comentario:

Tuve que morir un par de veces para aprender a valorar la vida

  Fotografía de Paul Kessel 18 octubre 2024 - Me sentía cada vez más desanimado. Pensé que todo lo que me queda por vivir no va a ser mejor....