Fotografía
de Kees Scherer
22 mayo 2025
- Casi setenta años después, aún puedo
recordar a mi más querido cuarentón cogiéndome de la mano para meterme en
aquellas oscuras aguas de la Playa de la Barceloneta de los 50.
- La vida nos traído hasta aquí y yo le
agradezco que me haya dejado hacerlo pues con ello he tenido tiempo de poderle
agradecer a Él (y a Ella), cuanto hizo por mí, por darme una educación que me
sirvió para volar del nido muy joven, por su amor, por su dedicación y por
poderle, así, pedir un silencioso y profundo perdón por todos aquellos años en
que los puse en la memoria de mi tiempo pasado y me dediqué a darle todo mi
amor a mi nueva familia iniciando el vuelo alto desde aquel nido que nunca he
podido olvidar, aunque, desgraciadamente y para mí, durante mucho tiempo, me
pareció lo contrario. Mi mayor pena fue no estar a su lado el día de su último
adiós. Las mil ocupaciones y un lejano destino profesional me llevaron a ello,
a no ocuparme de preparar ese momento.
- Vivir para
ver, para pedir perdón ... para saber perdonar.